Se les conoce como bombillos ahorradores, de luz blanca y vienen en muchos tamaños y formas. En los momentos actuales se han vuelto una moda y una alternativa para reducir costos en las facturas de electricidad de nuestros hogares.
Ahorrar se ha vuelto una necesidad en estos tiempos y los bombillos ahorradores son una verdadera opción al alcance de todos.
Sin embargo, no siempre resulta que ese ahorro valga la pena a la larga. Esto se debe a que los bombillos de luz blanca pueden traer consecuencias serias a tu salud cuando se rompen siendo este un punto a considerar antes de decidirte a comprarlos.
De igual manera siguen existiendo riesgos con los bombillos convencionales, por eso te deja aquí la información para saber cómo actuar y que seas tú el que decida si adquirirlos o no.
Puntos a considerar si tienes bombillos ahorradores en tu casa.
La razón principal del auge actual de los bombillos ahorradores, es la campaña por preservar nuestro medio ambiente, reduciendo al máximo el uso de nuestros recursos naturales, tratando de salvar el mundo que tenemos.
Es allí donde llegan los dispositivos para nuestras casas, como el caso de los bombillos, que generan más luz consumiendo menos energía eléctrica lo que a su vez se convierte en menos emisión de gases provenientes de las turbinas que generan la electricidad y que aún se alimentan de combustibles fósiles.
Pero a veces lo barato puede salir caro. Y no vale la pena ahorrar en un bombillo lo que después no nos pueda ayudar cuando nos enfrentemos a afecciones en nuestra salud bastante graves.
Es indiscutible la efectividad de los bombillos ahorradores, pero sabias que si se rompen los gases que liberan pueden causar entre otras cosas convulsiones y migrañas.
Un estudio realizado por científicos europeos, demostró que el mercurio que poseen estos bombillos es suficiente para resultar mortal en las personas. Lo primero que afecta al entrar en contacto con nuestro cuerpo es el sistema nervioso afectando las funciones cerebrales y seguidamente nuestros órganos internos, principalmente el hígado.
Para evitar ser afectado o que alguien de tu familia lo sea, en el momento que se rompa un bombillo ahorrador, debes abrir las ventanas o las puertas, a fin de que se ventile el lugar y se pueda dispersar los vapores.